Karlitomadrid no decepciona. Aunque el proyecto de Cuba española cumplirá veinte años en 20281 —veinte años caballero’— sigue siendo desconocido para la gran mayoría de los cubanos. El 7 de octubre de 2022 presenté la petición al Consejo de Ministros pidiendo la denuncia del artículo IX del Tratado de París. Antes de que el mes concluyera, sin mediar ningún tipo de relación afectiva previa, Karlitomadrid tuvo la gentileza y la grandeza de abrir las puertas de su programa —de su casa— y permitirme allí exponer algo que quizá nosotros no hemos reparado: si la ciudadanía cubana existe desde 1902, pero cubanos existen desde el siglo XVI, ¿qué ciudadanía tenían los cubanos durante esos cuatro siglos, y cómo la perdieron? Es en su programa que por primera vez se dice que la ciudadanía cubana fue impuesta a la fuerza como resultado de un proceso de desnaturalización masiva y forzosa de ciudadanos españoles de origen. Siempre tendré una deuda de gratitud con Karlitomadrid porque fue el primero que ofreció su tribuna sin requisitos ni cortapisas. La entrevista, desde luego, ha sido un éxito y es, a día de hoy, lo más visto en mi canal de YouTube. Aquí te la dejo si no has tenido una oportunidad de verla, o si quieres repasarla.
Al parecer, tres años después y por puro azar, Karlitomadrid volvemos a coincidir al tener visiones similares sobre un hecho histórico, y ambos las publicamos con escasas horas de distancia y sin saber uno de la del otro. Quiero comentar en qué extraordinaria medida, y sin habernos puesto de acuerdo, hay tanta comunión entre estos criterios.
Mi valoración sobre el 10 de octubre se publicó en el número 69 de esta publicación, y como ya es costumbre, te lo dejo aquí mismo:
El video de Karlitomadrid es un desmontaje del relato heroico del 10 de octubre de 1868, que en gran medida coincide mis propias reflexiones sobre los mitos fundacionales de Cuba. No es casualidad que este tipo de análisis resurja: estamos ante un momento histórico donde la narrativa nacionalista rígida exige ser revisitada. Pero una crítica eficaz no consiste en reemplazar una épica por otra: ha de funcionar desmontando estructuras interpretativas, señalando ambigüedades y revelando contradicciones. Es decir, desmontar el romance de la República en Armas no significa santificar a España, sino ponerlos a todos en sus realidades, con sus contradicciones y aciertos.
Los puntos de comunión son evidentes: ambos entendemos el mito como herramienta política y emocional. En mi artículo sostengo que el 10 de octubre fue «la primera fake news cubana», pues inauguró una tradición de relatos emocionales que sustituyen el análisis riguroso, y Karlitomadrid refuerza esta idea al señalar las «pocas verdades» del relato escolar y reclamar un examen más frío. Coincidimos en que ese mito fundacional no es fruto de un descuido historiográfico, sino un mecanismo de cohesión política sostenido por el Estado, la escuela y las ceremonias nacionales. También compartimos la interpretación de que los intereses económicos pesaron más que las motivaciones humanistas: Karlitomadrid recuerda que las conspiraciones nacieron de frustraciones con reformas negadas y de la búsqueda de autonomía fiscal, mientras que el antiesclavismo fue instrumentalizado para legitimar la independencia, cuando en realidad se trataba de controlar comercio, tributos y finanzas locales. Del mismo modo, ambos cuestionamos la legitimidad jurídica e institucional del alzamiento: Karlitomadrid presenta a Céspedes actuando de manera unilateral, «quemando las naves», y aunque no lo formula en términos legales, coincide con mi tesis de que fue un acto contrario al Derecho constitucional español y por tanto una insurrección ilegítima. Finalmente, convergemos en la necesidad de desmitificar a las figuras heroicas sin negar su peso histórico: tanto Karlitomadrid como quien suscribe insistimos en que Céspedes, Agramonte o Martí no fueron santos laicos, sino hombres con ambiciones, errores y contradicciones, cuya canonización ha empobrecido la comprensión crítica de la historia.
Me ha sorprendida gratamente este trabajo de Karlitomadrid, que resulta muy útil porque reaviva preguntas que traté de encender en mi ensayo: ¿Qué cuenta nuestra memoria nacional? ¿Qué silencios impone? ¿Cuándo el mito se vuelve dogma y deja de servir al pensamiento? En ese sentido, Karlitomadrid actúa como un aliado crítico, precisamente porque no hay una coincidencia absoluta de todos los elementos, lo cual permite la necesaria oxigenación de nuestro pasado.
Para mí, el mayor valor del video es que empuja al lector/espectador a desconfiar de las narrativas hegemónicas, a sospechar de la épica vacía. Y es ahí donde me coloco como lector: no para entregar otra versión dogmática, sino para estimular la duda razonable, el cuestionamiento metódico, el retorno a fuentes. En el texto sobre el 10 de octubre invité a deshacer los nudos del nacionalismo; este video produce un tirón de esos nudos desde otro ángulo. Un buen diálogo entre ambos trabajos enriquecerá el debate historiográfico cubano.
José Ramón Morales es considerado el precursor de esta movimiento al impulsar en 2008 la idea con su blog Cuba española, que mantuvo hasta su fallecimiento en 2012. En ese mismo año, Ferrán Núñez, profesor cubano exilado en Francia y padre intelectual del movimiento, fundó y presidió Autonomía Concertada para Cuba hasta 2020, al tiempo que creó toda una arquitetura doctrinal e histórica que sirve de sustento a la organización. Desde 2020 quien suscribe ocupa de manera interina la presidencia de la organización.