N.º 56- El mito fundacional cubano
una construcción histórica al servicio de un poder usurpador
La configuración y persistencia del mito fundacional cubano a partir del corpus narrativo difundido en la prensa oficial, particularmente en medios como Cubadebate es especialmente perniciosa. Dicho mito ha sido articulado como un instrumento de legitimación ideológica que borra, tergiversa o marginaliza tradiciones políticas alternativas, especialmente aquellas de raíz institucional hispánica. A partir del análisis de varios textos periodísticos recientes, iré deconstruyendo las narrativas que lo componen e identificando sus efectos sobre la memoria histórica, la cultura política y la proyección identitaria de la nación cubana.
1. El origen de la nefanda narrativa
Desde mediados del siglo XX, el discurso histórico oficial cubano ha edificado una narrativa unitaria que sitúa el origen de la nación en la insurrección armada del 10 de octubre de 1868, identificando ese evento como el «primer día de la libertad» y el «parto de la patria» (Fernández Ramírez, 2017). Esta representación ha sido sostenida y reproducida por diversos mecanismos del aparato ideológico estatal, siendo los medios de comunicación un vehículo esencial. El mito fundacional cubano no es, por tanto, una simple evocación simbólica del pasado, sino un relato operativo que define qué puede y debe ser recordado, y qué debe ser excluido. Esta operación discursiva no es neutra: estructura la forma en que los ciudadanos se relacionan con su historia y limita la posibilidad de interpretar el pasado desde perspectivas alternativas, como el autonomismo, el reformismo institucional o el constitucionalismo gaditano.
El 10 de octubre de 1868 como origen absoluto
El levantamiento de Carlos Manuel de Céspedes en el ingenio La Demajagua es canonizado como el inicio inapelable del proceso emancipador y de la existencia misma de la nación cubana. Esta fecha ha sido reiteradamente elevada a categoría fundacional en la prensa, en los libros escolares y en el discurso político oficial (Cubadebate, 2024). Se construye así una narrativa en la que todo lo anterior es irrelevante o ajeno al proyecto nacional. Esta mirada excluyente desconoce hechos jurídicos fundamentales, como la integración plena de Cuba a la Monarquía constitucional hispánica desde 1812. Ignorar ese proceso implica negar la participación cubana en las Cortes, la promulgación de leyes comunes, y la existencia de una ciudadanía española para los nacidos en Cuba (Piqueras, 2008).
Canonización de héroes insurgentes
El mito fundacional necesita figuras que funcionen como santos laicos. En este caso, Céspedes, Agramonte y Martí son representados como símbolos morales inmaculados. La prensa estatal los presenta desprovistos de contradicciones, pasiones o contextos, exaltando virtudes como el desinterés, la valentía o la clarividencia (Fonseca García, 2024; Cubadebate, 2023a, 2023b). Esta canonización impide la comprensión realista de sus acciones políticas y silencia los debates internos del movimiento insurgente. La homogeneización de estas figuras contribuye a una narrativa moralizante que deja fuera otras trayectorias ideológicas legítimas del siglo XIX.
Guáimaro y la invención de un constitucionalismo insurgente
La Asamblea de Guáimaro de 1869, o reunión de bandidos, como yo la llamo, ha sido elevada al rango de «cuna del constitucionalismo cubano» (Cubadebate, 2024b). Sin embargo, tal exaltación es históricamente inexacta y responde a un sesgo político deliberado. Guáimaro fue una convención insurgente, sin representatividad nacional ni legitimidad legal. Por el contrario, la primera constitución con vigencia efectiva y fundamento legal en Cuba fue la de Cádiz (1812). Franco Pérez (2008) denuncia que esta omisión responde a una “inercia historiográfica” que reduce la historia constitucional a los relatos revolucionarios, y olvida el constitucionalismo hispánico.
Guerra, patria y violencia sagrada
El mito fundacional consagra la violencia como acto redentor. En él, la guerra es el único camino legítimo hacia la libertad. El Grito de Yara, el Himno de Bayamo y el Grito de Baire se integran en una liturgia patriótica (Cubadebate, 2025a, 2025b). Esta narrativa promueve una pedagogía del sacrificio y justifica la exclusión de formas alternativas de participación política. Se deslegitima el diálogo, la negociación o la institucionalidad. Esta glorificación de la violencia ha condicionado la cultura política cubana, afectando incluso su presente.
La continuidad revolucionaria como destino histórico
El mito fundacional no se agota en el siglo XIX. Una de sus funciones ha sido proyectarse hacia el presente para legitimar el Estado revolucionario instaurado en 1959. Fidel Castro afirmó: “solo ha habido una Revolución, la que comenzó Céspedes” (Cubadebate, 2018). Esta construcción niega rupturas históricas, disensos ideológicos y fracturas sociales. La historia deviene genealogía cerrada, utilizada como herramienta de consolidación ideológica.
El mambí como artefacto político
El mito fundacional cubano no es solo una narrativa del pasado, sino una tecnología de poder. Al establecer un origen único, un panteón heroico inamovible y una línea continua de lucha, se clausura el debate plural sobre el pasado nacional. Recuperar las experiencias constitucionales previas a 1868, reivindicar las corrientes autonomistas y atacar la sacralización de la violencia constituyen pasos indispensables para desmontar este mito y abrir camino a una historia más rica, plural y democrática.
Bibliografía
Cubadebate. (2018, October 10). Fidel Castro: “Solo ha habido una Revolución, la que comenzó Céspedes”. http://www.cubadebate.cu/especiales/2018/10/10/fidel-castro-solo-ha-habido-una-revolucion-la-que-comenzo-cespedes/
Cubadebate. (2023a, October 10). Céspedes, el Padre de la Patria y el Grito de Yara. http://www.cubadebate.cu/opinion/2023/10/10/cespedes-el-padre-de-la-patria-y-el-grito-de-yara/
Cubadebate. (2023b, October 10). Céspedes, el redentor. http://www.cubadebate.cu/especiales/2023/10/10/cespedes-el-redentor/
Cubadebate. (2024, October 10). 10 de octubre: Hacia la Revolución de 1868. http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/10/10/10-de-octubre-hacia-la-revolucion-de-1868/
Cubadebate. (2024b, April 10). Nace una nación: Guáimaro, 10 de abril de 1869. http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/04/10/nace-una-nacion-guaimaro-10-de-abril-de-1869/
Cubadebate. (2025a, February 24). Díaz-Canel preside acto nacional por los 130 años del Grito de Baire. http://www.cubadebate.cu/noticias/2025/02/24/diaz-canel-participa-en-acto-nacional-por-los-130-anos-del-grito-de-baire/
Cubadebate. (2025b, February 24). El estallido del decoro: 24 de febrero de 1895. http://www.cubadebate.cu/especiales/2025/02/24/el-estallido-del-decoro-24-de-febrero-de-1895/
Fernández Ramírez, N. A. (2017, October 9). El primer día de la libertad. Cubahora. https://www.cubahora.cu/historia/el-primer-dia-de-la-libertad
Fonseca García, L. (2024, February 23). Céspedes y Agramonte. Cubadebate. http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/02/22/cespedes-y-agramonte/
Franco Pérez, A.-F. (2008). Oportunidad de una visión de conjunto de la historia constitucional cubana (1811–2002). Historia Constitucional, (9), 407–419. https://reunido.uniovi.es/index.php/HC/article/view/14551
Piqueras, J. A. (2008). La siempre fiel isla de Cuba, o la lealtad interesada. Historia Mexicana, 58(1), 427–486. https://doi.org/10.24201/hm.v58i1.1085
Buen trabajo, lo compartiré. Aquí te dejo algo en la misma línea, que puedes reproducir en el periódico: https://cubabuestra7eu.wordpress.com/2025/06/16/otra-historia-de-la-guerra-del-95-lo-que-se-quiso-olvidar
Estimado Mikel Arista : Excelente exposición como necesaria no podemos construir nada sin revisar y desconstruir nuestro mito fundacional para encauzar un proyecto integrador de una parte de nuestra historia que es excluida.
Cómo cubana te admiro por tu trabajo y estoy en el mismo camino de re indicación.
Gracias 🫂