«Mi nombre es Estela Marina, nací en la Habana, Cuba, en 1976. Mi historia. como la de muchos descendientes de españoles en el mundo, es una mezcla de resiliencia, amor por mis raíces, y lucha constante por un derecho que nunca debimos haber perdido: nuestra nacionalidad española.»
Así comienza el libro de mi amiga, la bellísima Estela Marina, quien con la grandeza de la sencillez, nos regala una obra absolutamente necesaria para muchos, pero imprescindible para los cubanos. En ese inicio, que he reproducido en esta nota, se reduce uno de los dramas más acuciantes que no ha resuelto el etnos español: traer de vuelta a casa a los descendientes de aquellos españoles que sufrieron el destierro político, expulsados de la nacionalidad española contra todo Derecho, contra sus voluntades individuales, y contra la majestad de la soberanía popular expresada libremente en comicios limpios, en los que participó casi el 50% del padrón electoral, en Cuba, en 1898. Aquí te dejo una conversación que…
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