El ajetreo de julio...
Sé que se repiten algunos materiales, pero así aseguro que todos reciben todo.
Espacio común con Thais Pujol
Te decía que el mes pasado había comenzado agitado. El 1º de julio, aniversario 84º de la proclamación de la Difunta, me entrevistó Thais Pujol en su programa Espacio Común (YouTube, 2024). Me había acercado a ella, como me acerqué a Guennady Rodríguez, de 23yFlagler (YouTube, 2024) y a los muchachos de Estado 51 (YouTube, 2024), y a otros muchos que nunca respondieron, con el propósito de buscar tribunas en las que poder difundir el punto esencial que define la asociación Autonomía Concertada para Cuba, Inc. (Cuba española), a saber: la defensa de los legítimos derechos históricos de todos los cubanos a la ciudadanía española, habida cuenta que ésta fue ilegalmente cercenada a todos los naturales de Cuba y Puerto Rico en virtud del artículo IX del Tratado de Paz, firmado por representantes de EE. UU. y España, en París, el 10 de diciembre de 1898, que entró en vigor el 11 de abril de 1899, y es hasta el día de hoy un instrumento jurídico fundamental para poder apreciar críticamente cómo Cuba accede a esa tan llevada y traída independencia y qué significa con respecto del disfrute de derechos políticos para los habitantes de la Grande Antilla, al confundirse casi invariablemente con la libertad. Mi contacto inicial con Thais fue mi participación en su programa Cuba es el foco, publicado el 1 de noviembre de 2022. En aquel momento yo colaboraba con Casa Nación, un proyecto multidisciplinar orientado a la reconstrucción del país, fundado y liderado por Aníbal de la Vega. Mi discurso giró sobre dos cuestiones que aún hoy en día me parece que necesitan un debate público a consciencia: 1º la poca atención que históricamente los cubanos hemos dedicado al tema de las garantías como mecanismos efectivos para el ejercicio y defensa de los derechos, y 2º cómo reordenar nuestros valores en tanto sociedad si durante un siglo enseñamos a nuestros hijos que no hay mayor gloria que la del machete, y todo se resuelve con el puñetero machete, ¡machete pa’rriba y machete pa’bajo! En el imaginario se asocia el mambí con la virilidad, que va mermando según demos paso a la conciliación no violenta. Si el machete es la “respuesta viril” por presuntos agravios que no conocemos, si ensalzamos una Protesta de Baraguá, pero a costa del entierro y el olvido del Pacto del Zanjón, ¿cómo es posible que esperemos resultados distintos? El Zanjón, por ejemplo, tiene mucho más valor cívico que Baraguá, porque el entendimiento, el pacto, siempre tendrá más valor que la violencia, ¿cómo esperar una sociedad capaz de entender y de actuar con absoluto sometimiento a la ley si además enseñamos una historia de continuas frustraciones para justificar a los que están en el poder? El discurso nacionalista independentista nunca se atemperó, e insistir obcecadamente en él tendrá como inexorable consecuencia que sigamos (de)formando individuos instruidos desde la más temprana edad que la violencia es la forma más efectiva para resolver sus conflictos.
Retomo mi hilo inicial: la búsqueda de espacios responde también a un deseo (necesidad, incluso) de conocer otros sabores del pensamiento cubano e interactuar con ellos, y aunque sería imposible degustarlos todos, es un eficaz entrenamiento en el arte de la polémica o el debate. Aquí el enlace al vídeo original, y a líneas seguidas el resumen que he preparado.
Tuve el privilegio de compartir tribuna con José Gabriel Barrenechea, intelectual residente en Cuba de reconocida trayectoria dentro de la hispanidad; Ferrán Núñez, autor de libros esenciales en la construcción de todo nuestro andamiaje doctrinal, aprovecho para dejarte los enlaces a España contra los salvajes, 1868: la guerra civil olvidada: Documentos para la historia de Cuba, y Cuba, la provincia olvidada. La obra de Ferrán Núñez como fundador de Autonomía Concertada para Cuba y su primer presidente hasta 2020 es de obligatoria consulta no solo para todo interesado en nuestro pasado reciente, sino todo interesado en saber quiénes somos los cubanos. Thais, gracias por darme el espacio.
Seguimos en el maratón. El 4 de julio me entrevistó Alberto Marigil, director del canal Unión Hispanoamericana, aquí te dejo el vídeo. La entrevista, apasionada como Marigil, me llevó por caminos muy interesantes, en los que se habla del punto de quiebre que supuso la aprobación de la ley de relaciones arancelarias de 1882, en virtud de la cual el cabotaje español abarcaría todos los puertos cubanos y con ello una entrada preferencial a productos, sobre todo textiles, provenientes de Cataluña, frente a productos norteamericanos sometidos al arancel aduanal. Esta posición desventajosa para EE. UU. podría disparar medidas proteccionistas similares a la española por parte del gobierno norteamericano, con lo cual las mieles y azúcares cubanos no podrían competir frente a la pujante industria remolachera, lo cual significaría el fin de la riqueza cubana, ya que los mercados antillanos estaban en grandísima medida comprometidos con los norteamericanos.
Seguimos: el 12 de julio fue el estreno mundial de mi epopeya personal con los chicos de Estado 51, un debate bastante accidentado, por momentos desesperanzador, pero que agradecí igualmente.
La relación de los cubanos con Estados Unidos ha sido históricamente muy estrecha y bastante compleja. EE. UU. es un país que hoy ofrece todas las garantías necesarias para un buen gobierno, una economía robusta y el respeto a los derechos humanos en cuyo desarrollo es imposible negar que EE. UU. se encuentra a la cabeza, con una sólida tradición democrática y de independencia de los poderes públicos. Reconozco todo eso, y no se trata aquí de vanidades pueriles, sino de buscar soluciones viables, cuanto más rápidas, mejor, para lograr la libertad de los cubanos, y la prosperidad de Cuba, al tiempo que se hace justicia con un agravio histórico y en lugar de andar solos, tenemos ese gran pozo de vivencias que es la hispanidad, guarnecido por un brocal milenario, que no puede ser otro que la misma España, pues bien, si logramos persuadir a este y a los tribunales que faltan, si nuestra pretensión prevalece y España debe abrir su ciudadanía a los cubanos, si por una vez nos ponemos pa’ las cosas y superamos la apatía y la desesperanza, los cubanos podemos situarnos cómodamente en ese brocal.
Sin dudas EE. UU. es un formidable contendor, al que además le favorece su cercanía geográfica, pero no tenemos ningún mecanismo que nos convierta en ciudadanos de la unión, como sí tenemos este que adelanta ACC que nos puede hacer ciudadanos europeos de inmediato, con lo cual, toda conversación, toda negociación está llamada a hacerse entre pares, entre iguales, de ciudadanos a ciudadanos, mientras que toda negociación con EE. UU. tendrá necesariamente que sostenerse en consideraciones políticas, en dádivas, o peor aún, en préstamos eternos que hipotecarán aún más nuestro futuro.
Primero, las ventajas y facilidades que aparecen en la Ley Helms-Burton, todas conducentes a la mejora inmediata del pueblo cubano tendrán un costo. Si se consulta la ley norteamericana para ser admitido como Estado de la unión, podrá ver usted que tomará entre fácilmente entre 10-15 años, y eso es siempre que el Congreso no ponga nuevos requisitos, que lo puede hacer en virtud de la ley vigente. Durante todo ese tiempo, los cubanos tenemos que sobrellevar nuestra reconstrucción, y hacerlo en democracia, listones demasiado altos pienso yo, a la merced de las buenas voluntades de EE. UU. y de sus vaivenes políticos.
La realidad es que no somos iguales, no tenemos una vía jurídica para convertirnos en ciudadanos norteamericanos mañana; sin embargo, si la demanda prospera en los tribunales españoles, tendríamos una vía expedita para convertirnos en ciudadanos españoles mañana mismo, y entonces estaríamos en condiciones de igualdad para hablar con Europa.
Cuba española: el pódcast
Publicados los episodios 7 y 8. El 7, y también el 9, ya publicado, no son nuevos, pero cumplo con dejar todo al día. En relación con este episodio 8, estoy conversando con el historiador barriobajero Rolando Gallardo, amigo personal y de esta casa. Historiar es saber hacerse las preguntas que nos conduzcan a situarnos con objetividad, para poder tomar decisiones informadas. Una sociedad que no está informada es incapaz de tomar decisiones, en buena medida porque no puede reflexionar sobre su pasado, y por lo tanto para explicar su presente tiene que recurrir a gestas fabulosas y homéricas, fantasías y burundanga, lo que yo llamo "el cuento de la malanga". En esa difícil situación estamos los cubanos. Salir de los oráculos de babalawos históricos, implica hacerse cuestionamientos duros y serios, y de eso Gallardo hace gala.
Saludos para todos, y gracias
Maikel Arista-Salado