El debate…
Mucho que decir, et tempus urget nos. El pasado 26 de abril, a petición propia, el canal Estado 51 (YouTube, 2024) tuvo la gentileza de acceder al debate que da título a esta entrega. Hacía algún tiempo me interesaba explorar el posicionamiento de un sector muy respetable de cubanos que favorecen una anexión a Estados Unidos como fin de la tiranía, y garantía de paz y prosperidad para los cubanos. Aquí el debate íntegro, lo he puesto al final para los valientes. Sólo tuve energía para la primera hora y media, y el video es de más de 3. Mis respetos para la olímpica resistencia de sus conductores.
Si bien fue un debate accidentado, áspero, pude (y podrán ustedes si se animan a verlo) calibrar —para mi sorpresa— el profundo calado de la leyenda negra en Cuba. A tal punto opera en nuestra psique colectiva que se autojustifica sin necesidad de prueba, es en definitiva uno más de los dogmas, que como falsos pilares, sostienen la necesidad de justificar la existencia del Estado cubano. A mi juicio, toda esa construcción necesita una revisión urgente. Y quizá, ojalá, esta iniciativa que Cuba española lleva adelante logre hacer mella en ese monolito en que se ha convertido el relato o mito fundacional, que ahoga toda disidencia. Sí, salir de la dictadura será un primer paso para comenzar a despojarnos de toda esa malangueta invasiva que no nos deja apreciar la belleza del río.
De este valioso intercambio aprendimos que siguen aún muy vivas dos ideas que han sido piedra angular de los discursos nacionalistas: (1) que Cuba fue una colonia, al querer instalar con ella la noción de una inferioridad del territorio cubano, y en consecuencia un menoscabo de su calidad en relación con el presuntamente superior de la península. La narrativa fundacional se parapeta en una presunta ausencia de derechos fundamentales, explotación, ultrajes, etc. —¡por 400 años!— de los españoles contra los cubanos. De antemano la contradicción español vs. cubano no solamente es perniciosa porque tergiversa la realidad, como veremos de inmediato, sino que su existencia misma depende de construir una división artificial del pueblo español de Cuba, con el propósito de engendrar odios…, y seguimos comiéndonos el mismo mango podrido, verbigracia: gusanos, contrarrevolucionarios, vendepatrias, escoria, y el largo etcétera que ha adornado nuestra oceánica estupidez cuando comenzamos a creer en esos carteles.
Veamos un simple ejemplo que destruye el mito de la España colonizadora (españoles) contra la sufrida Cuba (cubanos):
Para el censo de 1899, el país tenía aproximadamente millón y medio de habitantes, de los cuales, millón cuatro eran nacidos en Cuba, y cerca de 130 mil eran nacidos en España. Es decir, la población peninsular, que es la que, stricto sensu, se ve afectada por el lenguaje del oneroso art. IX es apenas el 9% de la población (que tampoco es desdeñable). Se suele repetir hasta la saciedad que la ley electoral española vigente en Cuba favorecía la representación en Cortes de los peninsulares en detrimento de los cubanos, como si la diferencia fuese la suerte (o la desdicha) del nacimiento. Vayamos a los números: si para 1899 habían 1,6 millones de habitantes en Cuba, de los cuales 0,13 eran españoles, por muy tramposa que hubiese sido la ley, es imposible que resultase en una representación mayoritaria de peninsulares, es matemáticamente imposible. Esto nos sugiere que la diferencia español vs. cubano no es una relacionada con el nacimiento, sino con la posición ideológica, ergo, es una grosera manipulación para justificar la expulsión de España: la mayoría de la población favorecía la soberanía española en detrimento de aquellos que querían... otra cosa. Y la cosa es que la ley electoral cubana fue más restrictiva que la española, lo cual pone en serio entredicho esa afanosa y hueca “independencia”.
Libros y materiales.
Quiero agradecer (y orgullosamente publicar aquí) a la persona que tuvo la gentileza de enviarnos este libro, que ciertamente es capital para entender cómo funcionó el gobierno autonómico en Cuba. Una época que sigue siendo mayormente desconocida para todos los cubanos, entre los que me incluyo. Gracias por la gentileza. Gracias por permitirnos cumplir con los dos pilares que sostienen Cuba española: conocimiento y acción, explicados aquí. Par de números atrás publiqué una lista de libros y materiales con la que toda persona que pueda y esté dispuesta puede colaborar con Autonomía Concertada para Cuba haciéndonos llegar libros, materiales de consulta que necesitamos para robustecer nuestra posición en la medida en que incrementa la entidad del tribunal.
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Saludos a todos
Maikel Arista-Salado
WOW! Esto está buenísimo. Excelente trabajo.